No hay una ley para armar una hamburguesa pero sí vale la pena oír consejos.
Parece fácil pero no lo es. Como todo, armar una hamburguesa tiene su técnica y va más allá de colocar una rueda de carne entre dos rebanadas de pan. Si se hace bien los sabores se lucirán y el “agarre” será perfecto. Pan, carne, queso, lechuga, tomate y salsas, además de tocineta, champiñones, pepinillos, cebollas crudas o caramelizadas, huevo, embutidos, aguacate y cualquier otra adición, tienen su orden.
El pan, que por supuesto de ser de fresco y de buena calidad, solo debe tostarse por dentro –por fuera, para qué?- y debe untarse con aderezos poco invasivos que no opaquen el resto de los sabores. Del trío más conocido la mayonesa es la ideal, humedece el pan y funciona como “pegamento” de otros ingredientes. Sin embargo, no es obligatoria.
Hay quienes dicen que después van el ketchup y la mostaza. Otros insisten en que es la carne pues le da al plato un balance necesario y lo hace más fácil de comer y proponen encima los vegetales, para evitar que el pan se humedezca con los jugos de la carne, sobre todo si ésta es muy gruesa y poco cocida.
Después el queso, bien fundido, los añadidos -tocineta, cebollas caramelizadas, champiñones, berenjenas grilladas o cualquier alimento que armonice a la perfección con el tipo de carne- mostaza y kétchup, incluso un huevo frito y, por último, la segunda rebanada de pan. No es una fórmula definitiva. Pero sí una buena orientación.
Con información de Cocina y Vino